miércoles, 16 de julio de 2014

Retorno Oldhammero

Bueno, tras un merecido, inevitable y más que feliz permiso paternal, el taller del Sargento Pauix se reactiva!
La verdad llevaba un tiempo pensando en volver a pintar, y sinceramente no sabia que proyecto retomar. Pintar figuras de Confrontation se me hacia un poco pesado y dificultoso, sobretodo tras casi un año sin tocar los pinceles. Lo  mismo se podia aplicar a otros proyectos aun sin empezar que acechan por el armario. Así, la opción más obvia era retomar el hobby por un proyecto que requiriera menos destreza pictórica, es decir, el proyecto de los Orkos Mutantes. Sin embargo, el verano pasado ya construi un buen monton de vehiculos, miniaturas y escenografia de esa temática y me apetecia algo nuevo.
Un proyecto que tengo eternamente a medias es el de pintar las miniaturas que me han regalado. Siempre que alguien que conoce mi punto debil me regala alguna figura, prometo pintarla en breve pero la realidad es que casi siempre el regalo coincide con algun proyecto a medias, y esas figuras que con tanto cariño me han obsequiado se quedan la mayoria de veces en sus cajas esperando durante años a que algun dia me decida a darles un poco de color. Entre esas espinas que tengo clavadas destacan un par de cajas a las que tenia ganas de meterles mano pero no me encajaban en ningun proyecto: una caja de principes dragon de los Altos Elfos y un carro de leones/caballos de la misma facción de Warhammer.
Deje de interesarme en Warhammer, a mi pesar, cuando estaba en marcha la septima edición. La constante y nada barata actualización tanto de las reglas como de los libros de ejercito, sumado al evidente desequilibrio entre las facciones y la escalada constante de poder entre las mismas se me hacia sencillamente insoportable. En concreto, la gota que colmó el vaso fue el libro de mi ejercito, los Altos Elfos. Ver como iba a ganar la mayoria de partidas mientras mi ejercito fuera el más actualizado para, seguidamente, empezar a perder la mayoria de partidas en cuanto salieran nuevos libros. Nada nuevo, la verdad. Ni soy el primero ni el último que ha llegado a esa conclusión, y la verdad es que es una lastima ya que Warhammer es, además del buque insignia de este hobby, el mejor reglamento existente. Nos permite jugar batallas, escaramuzas, asedios, campañas narrativas o partidas multijugador. Nos da la libertad de elegir distintos tipos de entornos, climatologia, e incluso tiene el transfondo suficiente como para que elijamos incluso distintas etapas históricas. Personajes especiales, escenarios variados, relgas alternativas, distintas listas de ejercito... La verdad es que si no fuera por esa tendencia a cargar el juego con más y más miniaturas, forzar que el nuevo ejercito que acaba de actualizarse sea extremadamente competitivo, y las abusivas subidas de precio, el juego seria perfecto. Durante años observe la evolución de Warhammer desde la lejania, indagando en nuevos reglamentos y marcas de miniaturas, pero el descubrimiento del Oldhammer reavivó la llama.
Teniendo un blog a mano como el de Endakil donde se explica de forma excelente que es esto del Oldhammer. Eso si, no estoy del todo de acuerdo con su idea de retomar la cuarta edición aunque sus enmiendas hacen que mejore el juego considerablemente. Creo que a mitad de camino de la quinta y la sexta edición se halla el "perfecthammer versión Pauix", y si tengo algo de tiempo entre pañal y pañal tal vez escriba una entrada explicando mis idas de olla por si hay algun incauto que se entretiene en leerlas.
La cuestión es que el tema de cual edición de Warhammer es la mejor se debate en varios foros y blogs, y leyendo todo esto empezaron a darme ganas de retomar mis viejos Altos Elfos. Eso si, pintar las nuevas unidades y dejar las otras como estan no me convencia para nada. Mis arqueros y lanceros los pinte con 16 años y retoque mas tarde, mientras que el resto de unidades las pinte con veintitantos. Las diferencias entre el pintado de las diferentes unidades eran demasiado evidentes ya, como para que me pusiera ahora que al fin pinto algo decentemente a pintar un par de nuevas unidades. Solo habia una opción: el repintado.
He decidido empezar con mis Yelmos plateados. Tengo una unidad de ocho, y primeramente he apañado estos tres:


Si, la foto esta algo quemada. Tengo nuevo movil y, por tanto, nueva camara (todas las fotos anteriores de este blog fueron hechas con mi viejo movil). Aun no controlo del todo las opciones y no tenia todos los focos a mano, por lo que las fotos no son las mejores que he hecho. Intentaré mejorar en las proximas entradas.
Como muestra de como estaban pintadas previamente, aqui puede verse uno de los Yelmos que voy a repintar proximamente:


Asi, he eliminado las pinturas metalicas y las he sustituido por metales pintados a mano. Creo que quedan mejor y hacen destacar los detalles. Además, he añadido iluminaciones en practicamente todos los detalles de la miniatura para lograr un mejor contraste. Un trabajo no tan arduo como parecia en un principio y con el que estoy más que satisfecho. Como muestra, fotos detalladas de cada miniatura. Apuntar que falta acabar las peanas, pero que las apañaré todas juntas cuando acabe con los ocho caballeros elficos. Espero que gusten y en cuanto termine y pueda iré subiendo fotografias del resto de la unidad. Nada más. Dejo en el tintero celebrar el premio Dardo que ha tenido el buen gusto de otorgarme Fz,  y comentar alguna cosilla más. Pero son horas intempestivas y hay pañales que cambiar y biberones que preparar. La vida del padre es dura. Un saludo!!















martes, 8 de octubre de 2013

[Informe] El Dia del Cerdo Dormilón, Parte III

En el primer capitulo descubrimos que el Cerdo Dormilón de Mina-Artificio, un animal sagrado para los habitantes de dicha mina, habia desaparecido. Tanto los Sacerdotes Enanos como una misteriosa goblin habian contratado los servicios de sendas bandas de mercenarios para encontrar al cerdo. Sin embargo en el capitulo anterior vimos que habia un tercer bando oculto. O'mm Arth, el temido y sanguinario minotauro, era al parecer el responsable del secuestro del cerdo. En el momento en que el cerdo fue encontrado el enorme minotauro apareció en escena atacando a miembros de ambas bandas dispuesto a recuperar al cerdo. Aprovechando el combate Lluvia, una mercenaria Kelta, habia capturado al cerdo. Sin embargo Broskil el Alquimista, el lider de la otra banda, habia capturado a la guerrera y al cerdo con una resina petrificadora para evitar que escaparan. O'mm Arth, conocedor de la naturaleza del hechizo, se lanzó al ataque destruyendo la escultura viviente y dejando a Lluvia herida de gravedad e inconsciente. El Pequeño cerdo había escapado ileso, y su destino aún era incierto...